Para recuperar las pérdidas del sector durante la pandemia coronavirus, las marcas se enfrentan al estudio de las tendencias con el objetivo de golpear a los consumidores? y la ropa que será más deseada en el momento de elegir qué llevar cuando ya no hay necesidad de distanciamiento social. En la zona se dividen diseñadores, empresarios y consultores. Algunos apuestan que después de tanto tiempo en casa, la demanda será mayor para piezas más elaboradas, con la extravagancia de los resplandores y cortes complejos. Otros creen que el confort vino a quedarse y que la gente se acostó con él durante la temporada en casa. Sin embargo, hay un punto en el que todos están de acuerdo: la moda será más sostenible. "La sostenibilidad, la inclusión y la tecnología formarán un trinomio para la industria de la moda en los próximos años", dice Paula Acioli, coordinadora del curso Executive Training in Fashion en FGV. Ella ve algunos movimientos simultáneos para la salida de la pandemia. Uno se titula "desgaste de venganza", que es una especie de compensación que las personas buscan en consumo (después de un largo período de privación). Por otro lado, las plataformas en línea para la compra y venta de ropas desgastadas están creciendo, el famoso brechós, que también anima a las marcas a adoptar reformas y reventa de piezas usadas. Para el consultor de moda, Gloria Kalil, cuando todo el mundo está vacunado, los consumidores estarán buscando noticias. Proporciona que el momento traerá oportunidades para las marcas y también para los pequeños diseñadores para explorar la creatividad, con más colores y audacia. "Tienes que mirar el perfil del cliente, pero es hora de inventar, atreverte. No me des jeans, camiseta y sudadera. Nada básico. Por supuesto que tiene que ser cómodo, pero tiene que ser nuevo, olvidarse de la pandemia", informa. Ya para el estilista Lenny Niemeyer, habrá una mezcla entre quién querrá brillos y tacones, y quién se acostó a confortar y seguirá adoptando piezas más prácticas? que no significa dejar la elegancia a un lado. "El mercado equilibrará con un consumo más consciente. Creo que será el turno de los colores básicos, por ejemplo, usar la misma ropa más a menudo, como caramelo, negro y azul. Los accesorios son los diferenciales" dice Lenny, quien dirige el diseñador de moda de playa que toma su nombre. Rony Meisler, líder de la Reserva (que acaba de unirse al grupo Arezzo), es seguro que, además de los fundamentos que ya hemos conocido, las fibras 100% naturales y orgánicas vendrán con todo. "De ahora en adelante, las piezas más básicas y cómodas que llevan tecnología, tanto textiles, para disminuir la temperatura corporal, y en el modelado o acabado, como el bolsillo oculto", dice Meisler. Fuente: O Globo.