La llegada de los milenarios a las oficinas hizo que el comportamiento cambiara de cabeza a pie. Es cada día más común encontrar empresarios o trabajadores de oficina usando calzado que antes era aceptable sólo en momentos informales y más relajados: tenis. Los ejemplos más concretos de estos cambios son las empresas de tecnología Silicon Valley. Se toma en serio la regla de no tener código de vestimenta, permitiendo que la gente se sienta lo más cómoda posible en su lugar de trabajo. Esa idea de que las empresas tecnológicas están más despojadas porque están compuestas, en su mayoría, de jóvenes intelectuales, sin embargo, tomaron mayores proporciones y se expandieron a otros sectores ejecutivos. La moda deportiva comenzó a ganar espacio en otros ambientes. Desde el punto de vista del producto como algo más híbrido, y no sólo con el rendimiento deportivo, la comodidad estaba ganando espacio en nuestro día a día. Con este nuevo hábito, hay cada vez más estantes reservados para el tenis, donde antes era posible encontrar zapatos altos o tacones. Incluso en las tiendas de calzado más tradicionales. Las marcas más tradicionales de calzado, por supuesto, ven en la tendencia una oportunidad. Para los gigantes deportivos como Nike y Adidas, las zapatillas más clásicas son una oportunidad para escapar de la feroz competencia de los deportes de renta, que requieren una inversión de investigación constante. Para las empresas enfocadas en otros nichos de mercado, la oportunidad es demasiado buena para ser desperdiciada. Según el informe sectorial de la industria de calzado, desarrollado por el área de Inteligencia del Mercado de Abicalcados, se produjeron 909 millones de pares de zapatos en 2017, con zapatos que representan el 10% de este total. Hoy, el tenis representa el 18.5% del mercado de calzado en Brasil. Las mujeres cambiaron los saltos para el tenis.
Fuente: Exam